jueves, 7 de agosto de 2008

Sansón

Hace más de 3000 años, un hombre asombró al mundo con el poder increíble de su tremenda fuerza. Luchó solo contra cientos de soldados y fue protagonista de gigantescas hazañas. Antiguos relatos bíblicos en el libro de Jueces, nos hablan de este ser excepcional, y aún hoy su vida, su fuerza y los apasionantes hechos que llevaron su nombre a la fama siguen en pie. Ese hombre fue Sansón.
El pueblo hebreo, al cual pertenecía Sansón, estaba dominado por los filisteos, temibles guerreros que con sus armas de hierro habían sometido ya grandes territorios.
Corría el año 1150 antes de J.C. Sansón iba creciendo junto a sus padres, en Saraa, de donde era oriundo, y también día a día crecía su fuerza.
Sansón conoció a una filistea, de la cual se enamoró. Sus padres le reprocharon el haber elegido una mujer perteneciente al pueblo que sojuzgaba al suyo, pero Sansón insistió y ellos decidieron acompañarle hasta Timnat, donde ella vivía. Durante la marcha, un enorme león atacó a Sansón. Éste se trabó en lucha con la fiera y la despedazó entre sus poderosas manos.
En aquel entonces se acostumbraba inventar adivinanzas, y Sansón inventó una; seguro de que los filisteos no podrían resolverla, les dio siete días para descifrar el enigma, ofreciendo treinta túnicas de hilo y treinta mudas de otras ropas a cambio de la respuesta correcta.
Como los filisteos no acertaban con la respuesta, amenazaron de muerte a la mujer de Sansón y a su padre, y éstos, aterrados, les dieron la solución. Los filisteos contestaron correctamente el enigma, venciendo a Sansón, pero al enterarse éste cómo habían conseguido hacerlo, les atacó desmayando a golpes a treinta de ellos. Luego les quitó la ropa y así pagó su apuesta.
El suegro de Sansón, que, por ser filisteo, no le quería, le prohibió a su hija volver a verle. Sansón, al verse separado de su mujer, se enfureció e incendió todo el maíz maduro y listo para cosechar que tenían los filisteos. Éstos culparon a la mujer de Sansón y a su padre, e incendiaron su casa con ellos adentro, exigiendo al pueblo que les fuera entregado.
Ya en poder de ellos, y cuando iban a matarle, Sansón rompió las fuertes ligaduras y tomando un hueso de la mandíbula de un asno muerto, atacó con tremenda furia a los filisteos, sembrando el terror y matando, según relatan los antiguos testamentos, a mil de ellos.
Los filisteos, sabiendo que Sansón estaba en Gaza, sitiaron el lugar y le esperaron a la salida, pero él, enterado de ello, arrancó una de las puertas del acceso al pueblo y, levantándola en sus poderosos brazos, se abrió paso entre sus enemigos, quienes quedaron paralizados ante tremenda demostración de fuerza.
Pero no se dieron por vencidos, y encomendaron a una hermosa mujer filistea, llamada Dalila, que averiguara el secreto de ese increíble vigor. La hábil y bella espía logró por fin enterarse que la causa de su fuerza residía en sus largos cabellos, y un día, cuando él dormía, se los cortó; desde ese momento, su fuerza fue la de un hombre normal.Sansón fue llevado prisionero y los filisteos se vengaron quitándole los ojos. Cierto día, en ocasión de celebrarse en el gran templo pagano de los filisteos una gran fiesta en homenaje a Dagón, le llevaron para mostrarlo en tan lamentable estado. Todos los filisteos, según relata la historia, se encontraban allí. Al verse humillado y haciendo un último y gigantesco esfuerzo, Sansón, que estaba ubicado debajo de dos de los enormes pilares que sostenían el templo, lanzando un grito de ira y de victoria los rompió y el templo cayó estrepitosamente, muriendo él junto con todos los filisteos, que humillaban a su pueblo.
Akira
Joselin

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