viernes, 11 de julio de 2008

Alma negra

Dejaré crecer mis uñas para desgarrar tus entrañas fácilmente,
o moriré de pronto sólo para venir a visitarte, con mil demonios.
Destruiré tu aliento desesperado y malvenido
mirándote desde lejos con las venas deseando mancharte.
En dos tiempos de vals sacaré tus sesos para comerlos con gracia,
y volveré los sueños de tu mente dulces pesadillas llenas de maldad.
Rozaré tu abismo con las manos incineradas, muertas
desearás que te toque el pecho con la lengua.
¡Mírame! ¡Muérdeme!
que bailando entre mis brazos aquel tiempo no nos siente,
¡déjame clavarte mi estaca naciente!
en el momento en que mis dientes te penetran fuertemente...
¡Mírame!
El agua de ponzoña que resbala entre mis labios,
la vida tuya que se escapa a borbotones,
el dolor estancado, atajado entre mis alas;
la muerte precipitada que se esconde entre tus manos...
Akira
Joselin

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